Un día vamos a coincidir en algún lado, ya verás. Seguramente será en una isla donde no haya nadie más. Llegaremos en barcos separados y por error. Nos inventaremos un día de cumpleaños para cada quien y apagaremos una fogata cuando no nos queden fuerzas. El mar se nos vendrá encima e intentará comerse el pedazo de tierra pero le valdrá poco. Si alguien llega y dice tu nombre contestaré que nunca te he visto, porque te llamarás diferente.
No importará nada.
José Jardinero.
Tu siempre esperas gestos, yo palabras.
Vivimos en mundos distintos...

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Equinoccio



Clementine caminaba entre los espejos a des tiempos, volviendo lentamente a la estación que dejo inconclusa… donde el silencio era interrumpido por el crujir de las hojas y su cuerpo cambiaba de color.
Otoño nunca fue su estación preferida, pero ya no habían mas historias que poderle contar y cansada de escapar se vio ahí deshojándose de apoco casi por completa, "casi" pues en sus manos retenía las misma hojas secas del otoño anterior en el que decidió huir, y se negaba a soltar.
Clementine desde pequeña creía que el otoño le hacia su destino, a si que peinaba sus ramas y contaba cuentos bajitos sobre un viejo sauce y una luna siempre esclava, hasta hacerlo a adormecer, su leve sonido al respirar la dejaba tranquila hasta su nuevo invierno de agua luz.